Arquitectura

El rol del constructor de espacios

El rol del constructor de espacios

¿Cuál es nuestro rol? ¿Qué aportamos a la sociedad? ¿Cómo podemos contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas?

Construir espacios, entendiendo por estos, viviendas, oficinas, salones o espacios comerciales, implica una gran cantidad de tareas, comenzando por las económicas (reunir el capital para llevar adelante el plan), profesionales (realizar nuestro trabajo como desarrolladores y líderes de proyectos), legales (cumplir con todas las normas y requisitos vigentes), administrativas, y múltiples tareas del día a día. 

En la actualidad hay dos ideas bien marcadas acerca del rol que debemos ocupar: «como constructores de espacios debemos aportar nuestro ladrillo para contribuir con el desarrollo de la sociedad», y «como constructores de espacios debemos obtener el mayor beneficio económico, ya que esto, al final es nuestra manera de ganarnos la vida». Esto nos aborda y nos hace interrogamos: ¿para qué elegimos algo que consideramos tan profundo y perdurable en el tiempo como construir, como dejar un legado, si lo vamos a hacer sólo para obtener el mayor margen económico posible? 

Nosotros pensamos que podemos contribuir a mejorar la calidad de vida, siempre que en el intento las personas se identifiquen con el concepto. ¿Pero qué sucede cuando ello no ocurre? ¿Cuando no hay un real interés en mejorar la calidad de vida? ¿Cuando se prioriza el desarrollo simplemente para que sea más viable económicamente? 

Cuando la calidad no es prioridad buscamos transmitir nuestra formación, nuestra pasión, nuestra experiencia, eso que nos llevo a ser creadores de espacios. A veces esa pasión es mas o menos transmisible, según la permeabilidad del público; al encontrar esas personas sensibles a nuestra formación, a nuestra pasión obtenemos una auto respuesta mental inmediata, que inevitablemente nos ilumina los ojos y todas nuestras tareas cobran sentido.

Muchas veces logramos el éxito económico, el éxito profesional y nos sentimos satisfechos de haberlo logrado, de haber alcanzado la meta, pero la meta que más nos llena es cuando logramos, a nuestro criterio, un éxito total, aquel que nos permite aportar nuestro ladrillo a la vida de las personas, ese ladrillo que creó un espacio seguro, confortable, acogedor y por sobre todo, de calidad, y que es habitado por una persona que lo percibe, lo siente, lo vive y valora. 

A modo de cierre a estas preguntas podemos afirmar que en LOSANJ estamos convencidos de que somos activamente responsables a la hora de diseñar nuestros proyectos y comunicarlos, priorizando no sólo las cuestiones y tareas económicas, sino también las espaciales, es por eso que nos sentimos llenos al realizar nuestro trabajo y buscamos motivar en nuestra propia competencia esta sensación y objetivo, porque estamos convencidos que la competencia nos mejora, nos perfecciona, nos empuja hacia delante. Y empujarnos hacia delante, es mejorar, es perfeccionarnos, es hacer mejores espacios, mejorar la calidad de vida de nuestros clientes, las personas. Esa es nuestra responsabilidad.